Ser adolescente es estar en una constante noche de verano
(escrito de una noche de febrero de 2022)
Queremos crear, distinguirnos, abrazarnos y decir lo que pensamos. Tenemos la ilusión de que las personas cambian y que una noche de verano puede ser eterna. Queremos guardar fotos y recuerdos para cuando seamos grandes y no queremos cometer los mismos errores que algunos adultos. Tenemos la capacidad de escuchar al otro, para comprenderlo o hacerle la contra. No queremos quedarnos siempre en el mismo lugar, pero tampoco nos gustan los cambios abruptos. Reflejamos nuestros sentimientos en cualquier canción que esté sonando en algún lado o en un párrafo de un libro. Queremos hacer un montón de cosas, y a veces terminamos haciendo nada, y eso está bien. Queremos saber todo, pero no sabemos nada, y esto está bien. La constante pregunta es “que hubiera pasado si?”, aunque nunca lo vayamos a saber. Nos tragamos los sentimientos en el día y a la noche escribimos en un papel todo lo que nos hubiese gustado decirte. Buscamos a las personas en canciones y en películas. Nos vamos a dormir pensando en alguien. Nos obsesionamos con alguien. Nos olvidamos de alguien. Terminamos disfrutando más la fiesta a la que no queríamos ir y extrañando un momento que ya se fue. Al fin y al cabo, cuando sos adolescente no sos más que vos mismo, pero en tu versión más rebelde e ilusionada, mas inocente y más mandada. Ser adolescente es estar en una constante noche de verano, de las que queremos que no terminen.
Back to Top