Por el bosque del sueño voy en la búsqueda de mis poderes feéricos 
Amedrentado,
y he entrado,
Alas que se estiran y aspiran a llegar a lo recóndito de él
Buscando sentarse en aquel apostólico regazo en la búsqueda de algún 
deseo
Buscando llegar a donde todo es indoloro, 
vagando a penumbras, 
y con los ojos entreabiertos. 

Pobre de aquel que entró,
Pobre merecedor,
Pobre y lastimoso bosque
Donde sus ramas y raíces se arrancan sus ojos de lágrimas y parte de su 
ánima.
Se aferran a quien logra pasar y sollozando suplican su estadía
Suplican por un gramo de su luz
Se deshacen ante la ausencia de clemencia.

Unos ojos se muestran 
y se alimentan de su sangre,
Mil ojos a su acecho extienden sus pestañas como manos que fallecen ante
la carencia de su tacto
Una llega y le promete que jamás la va a soltar fusionándose ante su 
mirada.

Se abre y le enseña todo de su ser, 
todos sus órganos, 
todos sus dientes, 
cada sueño, 
cada llanto. 

Vulnerable, se deshace de su inmortalidad
Corre y se entierra en las raíces del dolor
Se descompone y prolifera;

Por el bosque del sueño voy...

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