Princesa del invierno
hacía tiempo que la había perdido.
comencé a desconocer su rumbo
una vez que encontré el mío
y descosí todas sus memorias.
aunque dicen
que a los primeros amores
no los olvida la locura
ni el afán por morir.
nunca conoció la nieve
pero sus tobillos desaparecian
en una profunda niebla gris
cada vez que corría.
tampoco conocía
el frío tajante
en las palmas de las manos.
pero bailaba en su cabeza
un largo manto
de furia y escarcha.
por culpa del miedo,
entre la mirada pasiva,
yace completamente destruida
bajo los brazos de un gigante árbol
y la leyenda de haber sido mía.
