A la tierra le dicen
el mundo de los poetas muertos,
enterrados en un sepulcro de sueños incumplidos,
hechos cenizas con cada parte de su alma,
un derrumbe lento pero constante de su mente pura,
un desgaste de su alma que anhela, en la próxima vida, encontrarse con Ella.
Ella, la tan esperada valentía, su propia
vehemencia que lo aguarda tejiendo año
por año.
Lealmente anhelando que los prejuicios de una sociedad limitada no aplasten su
expandida mente.
A la tierra le dicen
el mundo de los poetas muertos
donde te enseñan que las tumbas ya están marcadas
para aquellos que de imaginación abundan, de mentes volatiles y creativas, que encuentran
belleza en una hoja y un lápiz,
que encuentran paz en el son de una canción.
La sociedad dice
que las tumbas ya están sepultadas
para aquellos valientes y osados
que de su vida crean escritura,
de su trabajo emoción,
y de su pasión, crean arte.
-Paloma Sanfilippo
